viernes, 18 de octubre de 2013

Cápsulas de Oro - Capítulo XXVI


Capítulo XXVI

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Me encontraba solo en el estudio, no había acordes de fondo que me acompañaran, únicamente el tic tac imaginario del reloj digital que marcaba la hora en la pared. Tom me había traído hasta aquí, alegando que no me dejaría conducir hoy. No quise discutir con él, no se lo merecía después de la noche que le había hecho pasar.

Miré la partitura con la letra de la canción que pensaba ensayar hoy, las palabras retozaban sobre el papel, sin sentido aparente.

“Veinticuatro horas de amor, como nubes arrasadas por la tormenta.”

¿A qué me refería cuando la había escrito? ¿Cuál era la añoranza real de esa canción?

"Tantos suaves detalles que te convierten en lo que necesito, pero que no puedo tener"

Entonces suspiré, lo sabía. Las canciones se escribían por razones muy diversas. Algunas partían como el deseo fehaciente de recrear una fantasía. Otras simplemente eran producto de lo que sentimos en un momento exacto de vida; del desasosiego de nuestros ángeles y demonios que no pueden convivir juntos, pero tampoco pueden dejar de coexistir.

¿Y qué sería un artista sin ellos?

La palabra “artista” me oprimió el pecho. Podía sentir la esencia del arte, viva y respirando dentro de mí.  Decidí limpiar mi mente de ideas. Decidí ser un artista durante el tiempo en que ensayara esta canción, porque lo necesitaba, necesitaba que la emoción corriera por mis venas y me llenara, que me elevara por encima de la miseria en la que me sentía sumergido día a día. Necesitaba volver a sentir al animal fiero, y sin domesticar, que había sido.

Entré en la cabina y me puse los auriculares con cuidado, lentamente. A continuación toqué el micrófono, aunque no cambie su posición. Miré la partitura, y recreé en mi mente los acordes que precedían a la letra, pronunciando la primera línea en el momento correcto, buscando el tono. Todo aquello era parte de un ritual que me acompañaba desde hacía años. Cuando estuve listo, le di al botón que iniciaría la música.

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Veía el coche de Tom Kaulitz a pocos metros por delante del mío. Nos dirigíamos al estudio de música en el que se encontraba Bill. Luego de nuestra reunión en la cafetería ambos subidos a nuestros respectivos autos, y la procesión había comenzado. Una vez frente a la alta puerta que custodiaba el recinto, Tom espero a que ésta se abriera automáticamente y me permitiera el paso. Él continuó calle abajo. Ya me lo había advertido: “Te dejaré entrar y luego me iré. Volveré pronto”

No era la primera vez que estaba en ese lugar, así que sabía el sitio en el que podía estacionar y cuál era la puerta de entrada. Lo que no me esperé fue el silencio en el que estaba sumido el recinto. La primera sala, que era una pequeña recepción con dos sillones junto a una mesa, se encontraba solitaria y casi en penumbra, sólo la iluminaba la luz que entraba por una ventana estrecha, y de cristal opaco, junto a la puerta. Luego venía el largo pasillo que daba a varias puertas, cada una de ellas era una estancia de grabación, por lo que Bill me había enseñado días atrás. Me dirigí hasta la segunda habitación de la derecha, la misma en la que habíamos entrado Bill y yo anteriormente. La empujé con cuidado, al escuchar la música y su voz. Un profundo sentimiento me estremeció cuando lo vi dentro de la cabina, con los ojos cerrados, el ceño apretado, el cuello tenso y la voz precisa como una espada de acero rompiendo el sonido de los instrumentos. Me quedé en la puerta, incapaz de moverme, sobrecogida por la fuerza de lo que estaba presenciando. Entonces la música cedió como si aceptara su derrota, y la voz de Bill, entre susurros, liberó la última frase de la canción.

"Se me han vuelto noche las esperanzas, y en la noche se navega lento cuando te extraño"



Contuvo el aliento, abrió los ojos e hizo algo en el pequeño panel que tenía frente a él. Luego me miró y soltó el aire, pestañeando lentamente, como quien se recupera de un ejercicio muy agotador. Nos observamos por un instante; creo que no alcanzó a ser medio minuto. Bajé la mirada, necesitaba encontrar las razones por las que estaba aquí: un paciente, una terapia, un incidente. Cuando volví a mirarlo, él se había quitado los auriculares y salía de la cabina.

—Hola —me saludó. Su voz sonaba compuesta, correcta. No pude evitar fijarme en el vendaje que llevaba en la mano.

—Hola —respondí, buscando la serenidad necesaria para verlo como a un paciente, y no arrojarme hacia su mano y verificar la gravedad de la herida.

—¿Vienes del centro? —preguntó, bebiendo agua de una botella que había sobre una mesa.

—No —contesté, algo dubitativa. Hoy era domingo, no era un día habitual de trabajo, de hecho nuestra sesión se había adelantado a causa del incidente de la noche anterior—… ¿Por qué lo preguntas?

—Por tu aspecto —respondió, ofreciéndome la botella con agua. Bill tenía la costumbre de ofrecerme directamente de lo que él consumía, así fuese un cigarrillo o en este caso el agua ¿Sólo yo veía la intimidad en sus gestos?

—No, gracias —me negué al ofrecimiento. Él lo retiró— ¿Qué tiene mi aspecto? —insistí, mirando mi falda, mis zapatos y recordando la forma en que me había recogido el cabello.

Bill me observó y recorrió el contorno de mi figura con la mirada.

—Es tan —no terminó la frase, avanzando un par de pasos hasta mí. Nos quedamos uno frente al otro. Él miraba mi cabello, yo miraba su boca—… rígido…

Por un momento pensé que me tocaría, que alzaría la mano y enredaría los dedos en mi cabello, liberándolo de su atadura. Se me aceleró el pulso y di medio paso atrás para resguardarme.

—Tenemos que trabajar —le recordé, usando la declaración como un escudo.

No dijo nada, sólo continuó mirándome. Notaba la intensidad de esa mirada, las preguntas que había en ella. Me enfoqué en sus ojos, enfrentándolo, esperando a lo que tuviese que decir. Una mirada tan penetrante no podía estar vacía. Pero todo fue silencio, y el momento comenzó a esfumarse, a perderse entre la indecisión y el miedo.

—He estado con Tom —le conté, caminando hasta una mesa lateral y una silla, sobre la que dejé mis cosas.

—Lo sé.

—Me ha contado lo de tu mano —mencioné, abriendo la libreta en la que tomaba notas. Bill se encogió de hombros como respuesta—. Creía que estábamos haciendo avances —insistí un poco más.

Él miró al suelo y soltó una pequeña risa irónica.

—Claro que estamos avanzando —dijo, volviendo a mirarme—, yo te he hecho una confesión pero tú no la crees.

Estaba molesto.

—Siempre te he dicho que…

—… esto no va de lo que tú pienses —interrumpió mi frase, terminándola. Me pregunté si no estaba siendo demasiado dura, demasiado evidente, demasiado… inútil.

Miré mi libreta, fingiendo que leía mis anotaciones anteriores, pero lo cierto es que intentaba encajar mi propio cuestionamiento ¿Cuándo había dejado de ser una profesional de la psiquiatría para entregarme a otra labor menos científica y más humana?

—Deja que mire tu mano —dije. Buscaba algo que me anclara a lo que era: un médico.

—Está bien, Tom me curó —cerró la mano en un puño, para evitar que se la viera.

—Bill —insistí, cuando estuve frente a él.

—Tú vienes a intentar componer mi cabeza, no mi mano —se defendió. Por un momento me pareció un niño caprichoso, lleno de vergüenzas infantiles. No pude evitar la diversión, y la sonrisa que se marcó en mi boca.

Continué con mi mano extendida hacia él, esperando a que cediera. Finalmente lo hizo de mala gana. El calor de su piel me resultó tan evidente e impactante. Sabía lo que eso significaba, y por mucho que quisiera negarlo, Bill había dejado de ser un paciente para mí, y no había solución para eso. Los sentimientos afloran, simplemente afloran, sin que nadie pueda interponerse; fluyen como océanos, como ráfagas de viento azotan las cimas y lo que alguna vez pareció seguro se convierte en el mayor abismo que se pueda imaginar.

—Olvidas que estudié medicina —le aclaré.

—Mhmm… —hizo un sonido que quiso parecer una queja, pero sonó tan infantil como su reclamo anterior.

¿Cómo podía un chico así inventarse una historia como la que me había contado?

Desprendí el vendaje y observé la herida. Era un corte limpio de no más de dos centímetros y medio.

¿Y si no estaba mintiendo?

Arrugué el ceño cuando se quejó al tocarle.

—¿Te duele mucho? —lo miré.

—Lo normal —sus ojos, parecían sumergidos en un dolor vivo del que luchaba por salir.

¿Y si no mentía?

La idea de que su historia fuese cierta me comprimió el estómago.

—Tu teléfono —dijo.

—¿Qué? —reaccioné algo confusa, luego escuché la melodía que salía de mi bolso. Había olvidado ponerlo en silencio— Oh.

Metí la mano al bolso y observé la pantalla. Era mi madre, después de todo era domingo y debía ir a comer con la familia.

—Deberías responder —habló Bill—, puede ser tu novio —lo miré fijamente.

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Nos miramos mientras el teléfono seguía sonando. Hablé empujado por la incertidumbre, por la duda, por las ganas que tenía de saber si estaba en lo correcto.

—No, no es mi novio —dijo, metiendo el teléfono en su bolso.

—Eso quiere decir que sí hay un novio —insistí. No podía olvidar las sonrisas que intercambiaban ella y su acompañante.

—Eso es parte de mi vida privada —se acercó y tomó mi mano para volver a poner el vendaje.

—Tú no puedes contarme nada pero yo tengo que contarte todo —me quejé—, y encima te pago.

—Un momento —reaccionó—. Que quede claro que le pagas al centro, no a mí.

—¿Y me aclararas lo del novio? —la incité. Me notaba lleno de emociones sin dirección, sin escape. Necesitaba discutir, alzar la voz y liberarme.

—Esto no tiene que ver conmigo, además sólo te pregunto lo que es relevante para tu salud mental —quiso aclarar—, hasta ahora no te he preguntado quien era la chica con la que estabas.

Noté que se ponía nerviosa. Seele parecía haber hablado sin pensar, sin controlar. Aquello me produjo un increíble placer. Deseaba tanto que el rigor de su perfección se rompiera en mis manos, para así sentirla un poco más cerca.

—¿Y quieres saberlo? —le ofrecí. Ella acababa de poner el vendaje en su sitio, pero continuaba sosteniendo mi mano— ¿Quieres saberlo? —repetí, con la voz un poco más profunda, como si no pudiese salir de mi garganta. Giré mi mano lentamente para encerrar sus dedos. Seele se tensó, pero no escapó.

—De momento no es relevante para la terapia —sus palabras sonaban contenidas, tan tensas como ella.

—¿Y para ti? —quería que me gritara que sí.

No gritó, no dijo ni media palabra, pero su pulgar acarició suavemente el dorso de mi mano. Era una caricia suave, casi inocente, y cargada de sensualidad. Me sentí inundado por la mejor de las drogas. Quise besarla, saber si su boca, que siempre decía lo correcto, podía corromperse con un beso. Había tantas consideraciones, tantas razones para no hacerlo, pero cómo podía obedecer a ellas. Entonces imaginé el sonido de su voz roto por un suspiro, y todo mi cuerpo se inundo de pasión. Me incliné y cerré los ojos al tomar su boca con la mía. La toqué con la lengua y la abrí. Pensé que se escaparía, pero cuando su mano me aferró comprendí que eso no iba a pasar. La envolví con los brazos, sin soltar su mano. La apreté contra mi cuerpo como si quisiera tatuármela en la piel. Hurgué en su boca, deleitándome con la suavidad húmeda de su interior. Le besé la mejilla, la sien. Me sentía arrebatado, incoherente, irresponsable; nada podía importar si finalmente había algo que me hacía sentir vivo.

—Bill, Bill —oía mi nombre en su boca, con palabras cortadas, apenas comenzadas.

Y mis besos callaron su boca, callaron el reclamo por inexistente, por irreal, por inútil ¿Cuántas veces desee besarla? Con consciencia y sin ella ¿Cuántas noches imaginé el tamaño de su cuerpo entre mis brazos?

—Bill… —insistió, escapando de mi dominio

“Qué ¡Qué!” se repetía en mi mente.

Miré sus ojos y en ellos la encontré vulnerable y dolorida. Hallé la respuesta a mi pregunta: sí, su boca podía corromperse con un beso. Sus labios, rojos de pasión, me lo confirmaban. Quise volver a tomarlos, morderlos y despedazarlos, porque así es la pasión: salvaje y desmesurada. Seele agachó la cabeza y negó con movimientos cortos y rápidos.

—Esto no está bien, tú no estás bien y yo no debo agravar tu problema —dijo, soltando mi mano—. Te imaginas cosas ¡Crees que has matado a alguien!

Así, también, era la pasión: efímera.

—Es la verdad, Seele, pero tú no quieres creerme porque eso rompería tus parámetros —reclamé— ¡Mírate! Estás temblando como una hoja a causa de un beso ¿No te das cuenta que has vivido protegida por la ignorancia? Nada de lo que puedas aprender en un libro será como la realidad, apenas se acercará —tomé nuevamente su mano, tiré de ella y la llevé con la palma contra mi pecho—. Esto es real —aseguré, dejando que sintiera mi corazón desbocado.

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Continuará.
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N/A
Este capítulo salió mucho antes de lo que esperaba así que estoy contenta. El momento que hemos vivido aquí era importante, espero que haya estado a la altura, se me hace difícil crear un momento que tenga su “cosa” especial cuando ya has escrito tantos besos… A ver como se acomodan estos dos porque cuando se cruzan límites todo se reestructura ^^

Un beso, y muchas gracias por leer y por todos los comentarios tan bonitos e implicados que me dejan. Me hacen feliz.

Siempre en amor.

Anyara

20 comentarios:

  1. Ay mi deoz!!!! Tu has escrito tantos besos diced y nosotras hemos leido tantos besos!! Pero yo me sigo emocionando con cada uno!! Con cada nueva historia con cada nuevo amor!! Este beso marca el nacimiento de la locura entre estos 2!! Selee debera dejar la terapia para entregarse a la pasion?? O querra hacer 2 papeles a la vez?? Uinss.. esperare ansiosa!!

    Bill dejandose llevar por la pasion!! Sigo suspirando...

    Pd: besitos y abrazos apachurrantes! <3

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    1. Ni yo misma sé cómo se las va a arreglar Seele con este problema en el que se ha metido a sabiendas. Me alegra saber que el beso te ha emocionado. Me suele pasar que al escribir algo, no logro percibirlo desde el ojo del lector, sólo del escritor y hasta un tiempo después que vuelvo a leer puedo sumirme en las emociones.

      Besitos, mi Adri. Muchas gracias por leer y comentar ♥

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  2. Me encanto este capitulo , la parte del beso fue bastante emotiva , ojala ue Seele le ayude , por que en serio Billito necesita mucho muchisimo de ella , por otra parte bien dicen que el amor es la fuerza mas poderosa del universo a<si que ... ♥
    YUYISK ROSE

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    1. Sipis mi Yuyisk, yo soy una convencida de que el amor es curativo... a ver cómo avanzamos.

      Me alegra que disfrutaras del capítulo.

      Besitos, muchas gracias por leer y comentar ♥

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  3. Diablos! Estaba esperando este contacto desde el capítulo 2, :D No, todo lleva su tiempo. La imagen de la grabación en penumbras, excelente descripción Anyara! Y qué decir del beso... No importa cuántas veces lo escribas, siempre es diferente, siempre es una primera vez, jajajajaja.

    La última parte es muy buena, "Esto es real" [yo le toco el pechazo] <3

    Mil gracias! Me has hecho el fin de semana :)

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    1. Muakk!!! ♥ Me alegra hacerte un poco feliz Lia. La escena de la grabación está hecha con mucho sentimiento, intentando recrear el modo en que pienso que él lo hace, con un pequeño ritual. El beso lo tenía en el tintero desde el capítulo 1!!!... me ha costado un montón mantenerlo guardado... jejejjejeje... y sobre los "tocamientos" *suspira*...

      Besos, y muchas gracias por leer y comentar ♥

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  4. Primero que todooo graciasss por el nuevo capitulo ha sido fantastico y me lleno de sorpresa al ver nueva publicacion y aun mas con este capitulo arrebatador ainsssssssssssss un besooooooo un besos lleno d elujuria y pasion grrrrrrrrrrr de esos que tanto deseamos las billcodianas ejejeje y pues en la ultima parte cuando dijo Esto es real y le toco el pecho yo me dije a parte de sentir su corazon desbocado provocaba toca rotra cosa jajajajaja y rei como loca XD a que si quieres? jejejeje porque yo si jejejejeje espero ansiosa mas capitulos de mi amada historia tqmmmmmmmm

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    1. Espero tener pronto un siguiente capítulo mi Lixi, y así llenarte de sentimientos bonitos.
      Jjajajajajjjaja... que risa con lo del tocar el pecho. Lia reaccionó igual!!!
      Me alegra que el beso te haya gustado, a ver cómo seguimos después de esto ¿Verdad? ~.*
      Besitos, y muchas gracias por leer y comentar ♥

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  5. OMG que emoción que emoción!!!! Que sentimientos!!!! Que tensión!!! Que nervios!!!! Me encanto!!! Ame tanto este capítulo que este comentario tiene que ser leído a voz en grito...que sensual me ha resultado ese beso de Bill dejó descolocada a Seele lo ame muchísimo!!!! <3

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    1. Jjejejjejejeje... he leído tu comentario con mucho entusiasmo :D
      Era un beso que nos debíamos hacía tanto que tenía que ser de los que te dejan las piernas temblando.
      Besos Jen, muchas gracias por leer y comentar ♥

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  6. Aiinssss Any q capitulazo .....xD, creo q la mayoría ansiábamos tanto ese primer y tan apasionado beso....y no importa cuantos hayas escrito, te aseguro q cada uno es deseado y disfrutado a todo lo tus palabras nos inspiran y provocan.

    Pobre Seele aunque ya sabíamos de su dilema profesional-sentimental, el hecho q ella reconozca la fuerza de sus sentimientos hacia Bill pues será un hecho trascendental en la historia, en lo personal creo q eso será el aliciente que nuestro pobre Bill necesita para salir del hoyo en que se ha hundido.

    Si bien la parte del beso me encantó, tbn disfruté la de la grabación, solo imaginarlo ahí en la cabina, apreciando cada detalle al hacer vida una melodía es una delicia; además me encantan esas pequeñas reclamaciones de enamorados...." Deberías responder puede ser tu novio ....Hasta ahora no te he preguntado quien es la chica con la que estabas..."...Ahhh celos, malditos celos...xD...

    Esa manita en el pecho....Aichssss, yo me aprovechaba y tocaba todo el equipo...jeee jee jeee

    Me intriga mucho cómo manejará la situación Seele....*se come las uñas* ...

    Besito mi Any, dos caps en una semana, q gran regalo *__*

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    1. Jjajajajjajaja... cómo disfrutas de los celos mi Evelyn :D
      Sí, ese beso ha sido tan esperado que no sé si se pueda quedar en sólo uno... cof-cof... *se tapa la boca*
      Nuestra querida doctora, cuyo nombre significa "alma", tendrá que replantearse la terapia ¿No crees?
      Un beso muy grande, y muchas gracias por leer y comentar ♥

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  7. Antes de empezar a comentar nada necesito recuperarme de esos dos comentarios líricos y a la vez épicos de las insuperables Lia y Evelyn, eso de "yo le toco todo el pechazo" y "yo aprovechaba y le tocaba todo el equipo" porque me han tenido un rato en el suelo muerta de ataques epilépticos, dios qué chispa tienen mis dos adoradas... el capi espectacular en toda su extensión xDDDD qué besazo, qué abismo para la linda Seele, que ve aproximarse el fin de su carrera si antes sus dotes detectivescas no hacen algo. En qué encrucijadas nos ponen a veces la vida y el amor, Gott.

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    1. Dotes detectivescas... jejejjjejeje... si es que estamos en sintonia mi Selene, todo tiene un tiempo y una razón de ser, o al menos eso intento :D
      Seeeee... los comentarios de nuestras adoradas son geniales!!!... jajajjajajjaja...
      Ya iremos viendo cómo avanza y si a nuestras queridas se les cumple el sueño del pechazo :))
      Besos, y muchas gracias por leer y comentar ♥

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  8. Cuando mis ojos leyeron a Bill en el estudio, concentrando, cantando, sintiendo , haciendo suya la canción, no pude evitar que mi mente viajara a esa hermosa foto de hace meses de Bill en la cabina del studio, cantando con los ojos cerrados...

    Vaya que esperaba este momento, en que Seele se permitiera bajar las defensas, romper sus muros y dejarse llevar por el torbellino de emociones que envuelve a Bill, ese beso me supo a cielo y al mismo tiempo a infierno. Bill está vivo, pero Seele seguirá estando "cuerda". ¿podrá Seele continuar ayudándolo en su terapia? Su boca también fue corrompida...

    "Le besé la mejilla, la sien. Me sentía arrebatado, incoherente, irresponsable; nada podía importar si finalmente había algo que me hacía sentir vivo."

    si finalmente hacía algo que me hacía sentir vivo... wooow!
    Estoy comentando escuchando la canción Blue eyes... espero que veas el vídeo completo... parte de la letra y sepas porque me recuerda tanto a esta historia.

    Con cariño, Adriana.

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    1. Síiii... esa misma imagen fue la que recordé mientras escribía. Qué mejor que algo real para ser descrito ¿No crees?
      Muy fuerte ha sido la muchacha, se ha contenido muchas veces, pero es que Bill ha resultado un espécimen difícil de eludir. Me imagino que el Bill real no es tan osado, pero también intento imaginarme al personaje como sería el real bajo las circunstancias ficticias y creo que no se pensaría demasiado las cosas.
      Me gustó mucho el video, recordaba la canción pero no lo que decía.

      Muchas gracias por leer, comentar y acompañarme en esta pequeña "odisea" ♥

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  9. ¡¡¡¡¡AAAAAAAAA!!!! que besoooo, lo leí como 50 veces y cada vez me emociona más. Adore la frase "su boca podía corromperse con un beso." Grite de emocion¡¡¡

    Me encanto el capitulo, todo el capítulo¡¡¡ ^_^

    Cyntü

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    1. Jejejjejeje... me encanta leer tu emoción :D

      Me alegra que te haya gustado. Muakkk!!! ♥

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  10. Perdona Any por tardar pero me lié con el anterior y este no lo ha leído. "La voz precisa como una espada de acero rompiendo el sonido de los instrumentos", aquí ya no me llegaba la sangre a la cabeza.... que intensidad, que real ufff.

    Por supuesto ¿que puedo decir del beso???, ha sido tan físico pero tan emocional, tan suave pero tan potente.... voy a ver si me recupero...

    Como siempre genial, mil gracias por escribir y sobre todo por hacerlo tan bien!!

    Muaks

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    1. Gracias a ti por leer y comentar siempre :D Este capítulo se me hacía difícil porque es tanto el tiempo que llevábamos esperando por un acercamiento que no sabía si era o no el momento. Creo que ha quedado bien... a ver cómo sigue :D

      Un beso grandote ♥

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