jueves, 7 de noviembre de 2013

Cápsulas de Oro - Capítulo XXVII





Capítulo XXVII

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“Sólo el amor tiene el poder de cambiar la vida de alguien. Es lo único que nos mueve, por lo que lloramos, reímos o nos superamos”

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Sentí el latido apresurado de su corazón contra mi palma, era tan exacto al mío, tan preciso que dolía. Me temblaba el cuerpo y me notaba débil. Me sentí asustada, desesperada; necesitaba salir de ahí, huir lejos donde Bill no estuviese. Pero él no dejaba de mirarme, y en sus ojos veía los cristales rotos de su vida. Podía ver la angustia, el dolor, pero también la esperanza. Y por primera vez me plantee la posibilidad de curarlo sin medicina. Era absurdo, lo sabía; era infantil e ingenuo, pero necesitaba creer en ello.

—Bill —murmuré su nombre, cuatro letras trémulas e inseguras.

La mano que sostenía la mía contra su pecho, se cerró, aferrándome. No necesitó tirar demasiado de mí para que me acercara, me atraía con sólo pensarlo. Sentí su toque en la cintura, justo al inicio de la cadera, y el roce suave de los piercing de su boca contra la mía. No había podido reparar en aquella caricia afable con el beso anterior, todo había sido abrumador y casi violento, pero ahora la violencia se transformaba en delicadeza y en una necesidad mucho más anímica que física.

Comprendí que estaba analizando el beso, desmenuzándolo para comprenderlo de forma racional. Me separé un poco de él para apaciguarme.

—¿Qué pasa? —me preguntó, mucho más sumergido que yo en las sensaciones.

Alcé una mano y la enredé en su cabello, aferrándome a él, a su boca y al deseo de libertad. Tenía derecho a emocionarme con un beso, a sentir el calor de su boca, a gemir bajito por el roce de su mano. Tenía derecho a pegarme a su cuerpo y sentirlo despertar como lo hacía el mío, a desear que metiera sus manos bajo mi blusa y me quemara la piel. Tenía derecho a comérmelo a besos, a tocarlo, a respirar su aroma y a oír su respiración agitada. Tenía derecho a ser irresponsable alguna vez.

Pero ahí estaba la razón, esa que todo lo registra de forma milimétrica. La que convierte los actos más puros y hermosos en planificaciones y convencionalismos.

—Basta —jadeé, soltándolo como si me quemara.

Bill me mantenía en su abrazo, y cerré los ojos, buscando controlar mi respiración, inmersa en el calor que me transmitía. Cuando los abrí, él me observaba en silencio.

—Si esto se repite tendré que abandonar tu caso —dije, zafándome sin mucho esfuerzo, él no pensaba retenerme, y eso me dolió. Intenté centrarme, sabía que debía abandonarlo sin una condicionante, pero no podía. Bill continuaba mirándome y estaba segura de que el beso se repetiría, porque lo deseaba con vehemencia— ¿Me has entendido? —insistí, aferrándome a mis propias palabras y a esa parte racional de mi cerebro que ahora deliraba como una chica con demasiados tequilas en el cuerpo.

—Sí —contestó, respirando igual de agitado que yo, aunque con una compostura que le envidiaba.

—Bien —respiré hondo por la nariz, acomodando mi blusa que estaba algo revuelta en la cintura—. Saldremos de aquí para hacer la sesión al aire libre —decidí, de camino a tomar mis cosas. Un lugar con muchas personas sería lo más adecuado.

—¿De verdad puedes fingir que esto no ha pasado? —me preguntó. Cerré los ojos, Bill estaba a mi espalda. Aún tenía el corazón desbocado y la piel sensible, pero debía responder. Lo miré.

—Soy muy consciente de que ha sucedido, y de que hay que mantenerlo como un hecho aislado para no perjudicar tu salud mental —intenté ser todo lo equitativa que la situación me permitía.

Él rió.

—Salud mental —repitió.

Caminó hasta un escritorio y tomó un cigarrillo. Lo encendió, aspirando de él, hipnotizándome en el proceso.

—Te ofrecería —dijo con ironía—, pero no sería correcto que la doctora compartiera un cigarrillo con el paciente.

Suspiré.

—Tienes razón —contesté, saliendo al pasillo—. Vamos.

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—¿No pararemos en ninguna parte? —pregunté, observando por la ventanilla del coche. El paisaje soleado de Los Angeles pasaba sin novedad.

—¿Para qué quieres parar? —Seele formuló otra pregunta a modo de respuesta, algo muy habitual en ella. La mayor parte del tiempo me divertía, ahora me fastidiaba.

—Resulta que algunos comemos —contesté, sin adornar mi estado de ánimo. Su rechazo me había herido.

—Es cierto ¿Qué hora es? —preguntó, algo exaltada. La miré casi de reojo, parecía contrariada, lo parecía desde que habíamos salido del estudio.

—¿Qué pasa? —quise ser amable, los enfados me duraban poco. Seele me echó una mirada rápida, para no perder de vista la carretera, parecía cuestionar el tipo de conversación de debíamos tener— Cómo quieras —me encogí de hombros y volví a mirar por la ventanilla.

La escuché suspirar bajito.

—Tenía que ir a comer a casa de mis padres —me contó.

—¿Y qué te detiene? —insistí, sabía que la estaba presionando, pero la culpa era de ella que se empecinaba en volver a ese estado de rigidez emocional que me impacientaba.

Giró en una calle y detuvo el coche a un costado.

—¿Qué quieres comer? —preguntó— ¿Hay algún sitio que frecuentes que esté por aquí cerca?

No me miraba, se mantenía con los ojos puestos en la calle y ambas manos sobre el volante. Sentí deseos de sacudirla y sacarle de encima todas las cadenas que la ataban. Yo podía estar arrastrándome por el barro, pero al menos tenía un motivo ¿Cuál era el de Seele? ¿Lo tenía en realidad? O era prisionera del mal más generalizado: las convenciones sociales.

Me bajé del coche sin mediar palabra.

—¿A dónde vas? —dijo, tras de mí.

—Por algo para comer —contesté, sin esperarla. Escuché la puerta del auto y el cierre de seguridad, acompañado del repiqueteo de sus tacones contra la acera.

—Espera —sonaba exasperada— ¡Para! —alzó la voz. Me di la vuelta y la miré, esperando por el reclamo que seguramente me dejaría caer. Suspiró— Creo que será mejor dejar esta sesión para mañana... —comenzó a decir.

—Seele —pronuncié su nombre con calma—, tú y yo ya no tenemos sesiones. Tenemos conversaciones, discusiones y una que otra cosa más, pero ya no tenemos sesiones.

Creo que por primera vez la veía pasar de la calma, casi resignación, a un estado de completa furia. Su mirada se clavó en la mía como si quisiera fulminarme, como si le hubiese asestado la peor estocada imaginable.

—No puedes decirme eso —negó—, llevo meses trabajando para que puedas tener una vida más normal —su voz estaba contenida, pero iba subiendo de tono poco a poco—. Me he saltado más normas de las que conozco ¡Estoy arriesgándome por ti! ¡¿Es que no lo ves?!

—Arriésgate más —la incite. Estaba ahí, podía verla; la Seele que significaba “alma” y que de alguna manera me había tocado sin darse cuenta.

—¿Qué más quieres? ¡¿Mi sangre?! —me expuso sus muñecas.

Las miré, puse mis manos sobre ellas y las encerré para atraer a Seele y besarla. Era irremediable, su boca se había transformado en lo único dulce de mi vida y sus besos en mi purgatorio, el lugar en el que pagaba a gotas agónicas todos mis pecados, porque la deseaba y no me la merecía y eso exponía mi consciencia a lo miserable que era y a lo mucho que la necesitaba.

Al principio no respondió mi beso, se mantuvo quieta y tensa. Insistí un poco más, no quería darme por vencido porque sabía que no lo volvería a intentar. Me pesaba el pecho sólo de imaginarme la distancia que se abriría entre nosotros. Entonces la sentí respirar muy hondo, para finalmente acoplarse a mi cuerpo como si fuésemos aire y nogal: uno firme y decidido; el otro irremediablemente enredado.

La abracé, reencontrándome con sentimientos tan profundos y olvidados que tuve deseos de llorar. No había miedo, ni recelo, sólo Seele y yo. La estreché un poco más y la escuché soltar un suspiro de esos que te invitan a continuar. Su boca se abría a la mía, se dejaba explorar. Su lengua comenzaba a buscar, y sus manos sobre mi pecho me acariciaban.

Alguien pasó junto a nosotros, recordándonos que estábamos en medio de la calle. El beso se detuvo, pero no el abrazo. Comencé a sonreír como un niño, con una risa nerviosa e impredecible. Seele me miró ansiosa y asustada, casi podía ver el cúmulo de ideas que debían estar hirviendo en su cabeza.

—Shhh —intenté calmarla, acariciando su frente para que las preocupaciones se disiparan—… No pienses —le pedí.

Podía ver su lucha, el deseo inmenso que tenía de ser fuerte y hacer lo correcto, pero ¿Qué era lo correcto ahora mismo?

El corazón me dio un salto en el pecho. Necesitaba estar con ella en un sitio neutral, un lugar que nos albergara como a dos personas anónimas que no le deben explicaciones a nadie. Necesitaba libertad.

Busque su mano y la enlacé.

—Ven —le pedí.

—A dónde… —preguntó.

—Shhh —le indiqué nuevamente, llevándome un dedo a los labios. Me sentía invadido por un anhelo tan puro como el primer soplo de vida—... ¿Puedes confiar en mí? —le pregunté, aún sabiendo que la respuesta podía romperme.

Seele me miró largamente, sabía que todas sus consideraciones, profesionales y emocionales, estaban tomando su lugar; no podía impedírselo.

—Me voy a arrepentir ¿Verdad? —dijo, tan inquieta como yo.

—Tal vez —me reí, nervioso. Ella cerró los ojos un instante, parecía esperar que aquel gesto se llevase todos sus miedos.

—Vamos —aceptó, apretando mi mano. Para ese momento ya sentía mariposas en el estómago, era absurdo e infantil, pero ahí estaban.

Caminé con ella, tomados de la mano, apretando el enlace como hacen los adolescentes antes de ser descubiertos. Doblamos en la misma esquina que ella tomara para estacionar el coche y en cuestión de unos minutos estuvimos frente a un sitio que había visto al pasar. Seele contuvo el aire cuando lo vio.

“Moment Hotel”

El nombre era adecuado, desde luego.

—¿Arrepentida? —le pregunté.

Me miró, luego bajo la mirada hasta sus zapatos y se detuvo en el pequeño movimiento de su pie.

—¿Sabes? —dijo, volviendo su mirada a mis ojos. Supe que la aventura había terminado antes de comenzar— Hay algo profundamente irracional en todo esto.

—Ya, no digas más —bajé la mirada y aflojé el enlace de nuestras manos. No tenía fuerza para seguir luchando con sus barreras. Ella apretó más mi mano.

—Cuando me preguntaste si podía confiar en ti, lo único en lo que pensé fue en que sí, sí puedo —dijo. Volví a mirarla y me sorprendí al notar como un gesto tan pequeño cambiaba todo mi universo. Mi percepción de lo bueno y lo malo. Por primera vez, desde aquel día, sentí que mi redención era posible— Te sorprende ¿Verdad? —sonrió con timidez— Nada contigo es como debería ser.

—Seele —quise hablar.

—No, déjame terminar —miró mi boca y se quedó observándola sin volver a mirar mis ojos—. Cuando me besaste antes, allí junto al coche, comprendí que no quería un beso de princesas, quería un beso de los que arrancan la piel a trozos, de los que destruyen civilizaciones —parecía tan joven, tan dulce y maravillosa—, y ese no podía tenerlo en plena calle. Y sé que debo estar loca, no hay otra respuesta para lanzarse al vacío con una sonrisa como la que has puesto en mí.

En ese momento volvió a mirarme a los ojos.

Alcé la mano y busqué en su cabello la sujeción que lo ataba, quise soltarlo y ella me ayudó. Su pelo castaño cayó formando dos ondas grandes sobre sus hombros, enmarcando su expresión sincera. Pocas veces la vida brilla ante ti con tanta luz, pocas veces te sientes capaz de todo, y Seele había instalado ese sentimiento en mí con sus palabras. No sabía cuánto duraría, pero como conocía el vacío más terrible, sabía que iba a atesorar este instante por siempre. Porque el amor, cuando es amor, limpia los ojos de dolor… aunque sea por un corto tiempo.

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Continuará.
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N/A

*Suspiro*

Me siento llena de amor, y es precioso…

Hace unos días me cuestionaba sobre el escribir o no algo muy romántico, de alguna manera parece que “la buena escritura” tiene que estar exenta de este tipo de escenas, pero he vuelto a mis raíces xD He intentado reencontrarme con lo que me impulsó a escribir desde el principio y eso es el amor. Creo que vivimos de él, tengamos o no a alguien en quien depositarlo, siempre estamos buscando entregarlo, porque lo producimos, lo tenemos dentro y necesitamos regalarlo ¿Por qué negar nuestra propia naturaleza? ¿Para qué?... Si comenzamos a quitar de nuestra vida todo lo que nos sobra, nos daremos cuenta que lo único que permanece es el amor, ya sea por un amigo, por un familiar, por nuestra mascota…
Un beso, y espero que el capítulo les haya gustado.

Siempre en amor.

Anyara

15 comentarios:

  1. Leer este capi con la foto de Bill que tienes de fondo alli con sus labios medio abiertos, su mirada fija y ese cabello rubio callendo en sus hombros god ha sido tan fabuloso... cadafrase, cada palabra me han llenado any has vueltoooo siempre supe que esta historia quedaria marcada como mi favorita, ya que lo que siento al leerla es inexplicable pero ya es ahora cone ste capitulo que lo confirmo, cuando abri el capitulo y lei : Sólo el amor tiene el poder de cambiar la vida de alguien. Es lo único que nos mueve, por lo que lloramos, reímos o nos superamos” dije este capitulo promete momento romantico momento Anyara jejejeje porque si es el romance que ha caracterizado tus historias por lo cual comence a leerte y me quede prendadas en ella.. cada parrafo me encantó pero este me hizo suspirar y querer tener a bill al frente para comermeloooo entero, porque Seele es billcodiana no cabe dudas : —No, déjame terminar —miró mi boca y se quedó observándola sin volver a mirar mis ojos—. Cuando me besaste antes, allí junto al coche, comprendí que no quería un beso de princesas, quería un beso de los que arrancan la piel a trozos, de los que destruyen civilizaciones —parecía tan joven, tan dulce y maravillosa—, y ese no podía tenerlo en plena calle. Y sé que debo estar loca, no hay otra respuesta para lanzarse al vacío con una sonrisa como la que has puesto en mí. (y es que soy yo la que ahora quiere arrancarle la piel en trozos a bill) gracias por el capi te quierooooooooooooooooo

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    1. Jjejejjejeje... me alegra leerte y ver cómo has vivido el capítulo. Sí, Seele es de las nuestra, porque es inevitable para ella enamorarse de Bill.
      Muchas gracias por tus palabras mi Lixi, a veces cuesta saber dónde está el termino medio de algo porque todos tenemos nuestras tendencias. Yo quiero hacer bien esto de la escritura porque es un medio que me ha permitido expresarme y lo amo, pero no quiero intentar "hacerlo bien" a costa de lo que me hace disfrutar de él.
      Un beso enorme y muchas gracias por tus palabras, por tu cariño y por ese entusiasmo tan tuyo y que yo tanto quiero ♥

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  2. Hey ese Bill que tienes de fondo es inquietante!!! Te hace la lectura difícil!!! Sientes sus ojazos pegados y su boca de muerte anhelante.Eso combinado con la lectura me hizo chillar, pq siempre tengo que chillar en los buses buhhhhh. Maravilloso Capítulo y lo dejaste en una parte muy esperada. No quiero ni imaginar el que sigue!!! Definitivamente el amor es lo único que puede salvarte de tus demonios. Un beso Andrea!!!

    Lucía

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    1. Jjajajjajajaja... pobre, mi niña chilladora en los buses :D
      Un beso enorme mi Lucía, qué ganas de seguir escribiendo y de ver avanzar la historia. Espero que les siga gustando.
      Muakk!!! ♥
      Muchas gracias por leer y comentar.
      P.D.: Bill de fondo me pone nerviosa para responder...

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  4. Anyara Margaritaaaa! T_T como me dejas asi!!!??? es que creo que siempre te dejo el mismo el introductorio del comentario "como me dejas asi?" es que has dejado el capitulo en la parte mas emocionanteee xqqqq! ahora es que viene lo bueno. Entiendo a Seele que esta luchando entre su deber y el corazon y ya sabemos quien tiene la voz cantante! <3 me gusto mucho el capiiii! Esperare el siguiente! muack!

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    1. Jjejejejjejejeje... bueno, que le voy a hacer... *se encoge de hombros*
      Síii, Seele lucha, pero la "voz del cantante" le vence xDD
      Tú espera, creo que te verás recompensada con el siguiente capítulo.
      Besos y muchas gracias por leer y dejarme tus comentarios, que no me importa que comiencen igual :D ♥

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  5. Anya!!!! Como pudiste dejarnos asi??? *Suspira* ha sido hermoso... realmente un capitulo hermoso... al principio Selee no puede apartarse de su papel de psiquiatra y es q cuesta taaanto!! Pero el amor es el amor... no hay escape de ese sentimiento... es amor es pasion es deseo *suspira de nuevo* dicen x ahi q es la cura de todos los males... el amor todo lo cura todo lo puede y eso sumado a sus conocimientos en psiquiatria seguro ayudaran a Bill... espero ansiosa el siguiente!!!
    Pd: besitos y abrazos muy apachurrantes mami hermosa!

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    1. Me encantan tus besos y abrazos apachurrantes!!! ♥
      Sí, Seele ha esperado 26 capítulos para este momento, tenía que ceder ¿No crees? Esperemos que ahora ayude a nuestro Bill a desentrañar el misterio de su problema :D
      Besos y muchas gracias por leer y comentar... muakk!!! ♥

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  6. Aaaaahhhhhhh!!!!!! ¡¡Qué emoción!! Por estos lados del planeta ha subido precipitadamente la temperatura! :) ¡¿Pero cómo resistirse a este hombre?! Ayyyy Seeleeeee!!!! Sí que ella es es un hueso duro de roer, jajajaja. A la primera hubiera caído redondita entre sus brazos, pero ¡no!, ¡la maldita razón! Primero Bill tuvo que encenderla del coraje por donde más le dolía, prácticamente e dijo que con sus "sesiones" no llegarían a ningún lado, y al final la tuvo que "deschongar" (literalmente)...

    El próximo capítulo promete pasión, mucho desenfrene, jajaja. ¡¡¡Ya lo quiero leer!!! Anyara, muchas gracias por este capítulo de retorno al origen, que esta miembro de tribu lo ha disfrutado enormemente.

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    1. Jjajjajajajajajajjaja... me encantó eso de "deschongar"... qué ganas le tenía Bill a ese moño ¿verdad?... jajajjjajajaja...
      Sí, la razón no le permite a Seele ir más allá, pero ¿Qué pasará ahora que la razón ha sido pisoteada por el amor?... uyyyy... se me ponen los vellitos como escarpias :D
      Espero tener pronto el siguiente capítulo, es que lo tengo atorado en el corazón ♥
      Un beso enorme, y muchas gracias por acompañarme en esta aventura ♥

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  7. jejejeje que bueno se puso este capitulo lo he vivido intensamente, me lo he saboreado de principio a fin, realmente esas emociones que no pueden controlarse me encantan, me identifico un tanto con Seele por ser racional y aunque ella sea profesional el sentimiento que te envuelve es tan capaz de aumentar las endorfinas y la estan llevando al éxtasis aunque ella no quiera es tan hermoso sonreír sin saber por que y Bill se esta curando de puro, puro amor *suspira* jojojojo ya veremos que sucede pero le han quitado a besos la perfección. Felicitaciones por este capitulo tenia mucho tiempo de no leer algo tan romántico ya lo extrañaba

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    1. Síiii... me encantó eso de sonreír sin saber por qué... en el fondo lo sabemos, pero es una felicidad que aflora en forma de sonrisa y no se puede contener... me emocioné al imaginar a Bill de ese modo. Mi niño lindo...
      "Le han quitado a besos la perfección"... sí, mi Gaby, justo eso.
      Muakk!!! muchas gracias por leer y dejarme tus paguitas, sabes que las adoro ♥

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  8. Aaayyyy q capitulazo mi Any....y con el agravante de leerto con esa imagen de fondo q te hace sentir todas las emociones de la protagonista....Ainnnnnssss *__*

    Q maravilla ser participes de la liberación de Seele y es q bastante se había la resistido la pobre, cuando ella se repetía q tenia derecho de sentir todo lo que estaba experimentando, yo gritaba: Siiii lo tienes, libérate mujer...y jeee jee jeee creo q me escucho....xD

    Me encanta esa faceta de romanticismo de la mayoría de tus fics, este cap me recordó en especial mi tan preciado Sagrado, ese primer fic q me enganchó cuando comenzaba mi pasión por Bill y es q me parecía increíble encontrar una historia tan bien contada en la web, esa fue la primer vez q entendí que hay mucho talento literario q no es reconocido y q mucho del reconocido y q encontramos en las librerías ni siquiera lo es, creo q ya fuí por la tangente...jeee jee jee....bueno lo q intentó decir es q tienes muchísimo talento Any y mucha generosidad al compartírnoslo con tanta sencillez, eso te hace inmensamente valiosa, muchos besotes y quedo pendiente del apasionado siguiente cap *cejas...*

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    1. Jjajjajajajajajajja... la imagen es para que sufran conmigo, que cuando escribo lo tengo ahí mirándome xDD
      Seele ya necesitaba librarse de sus propias cadenas, sólo de ese modo puede ayudar a Bill, a veces no entendemos que ser fuerte no es ser de hierro...
      Muchas gracias por tus palabras mi Evelyn. Amo escribir, crear, y compartirlo con ustedes es un enorme privilegio.
      Muakk!!! ♥

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