martes, 17 de febrero de 2015

Vacío - Serie Erótica


Vacío
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Sentía la piel levantada del músculo, como si cada parte de mí fuese independiente de otra ¿Se sentirían así los átomos al separase?  ¿Se sentiría así la vida al morir?
Cuando descanso de la realidad es cuando me siento más vivo y más capaz. El mundo ante mí parece un pequeño juego de mesa comparado con las capacidades de mi razonamiento. Pero entonces choco con mis circunstancias; con ese pequeño espacio en el que soy parte de un todo estructurado que destruye mis sueños y  me aleja de lo que amo.
La copa que acompaña mi mesa se ve cada vez más vacía. Me pregunto si debo llenarla hasta que mis sentidos pierdan el sentido y de ese modo me lleven a la imagen ilusoria que tengo de ti. Muchas veces en mis sueños apareces como una especie de ángel que me salvará de la patética vida humana… otras veces, eres simplemente una proyección sublime de lo que desearía para mi vida. Hoy, en medio del desenfoque casi amable que me entrega el alcohol, me pregunto si la vida que quiero es realmente la que tengo.
Hace unos días, uno de los amigos en común que tenemos Tom y yo —debo destacar que no compartimos siempre los mismos amigos—, nos comentó algo sobre la realidad y la ficción y el modo en que somos capaces de discernir entre ellos. En ese momento pensé en ti y en lo mucho que te amaba… y en lo mucho de ficción que tiene este amor que siento.
—Me voy a la cama —dije, poniéndome en pie con un pequeño tambaleo producto de las copas que habíamos compartido con Georg, Gustav y “los amores de sus vidas”. Notaba como un extraño sentimiento iba creciendo dentro de mí… y es que no soy un santo, sufro de envidia y me duele la soledad como le duele a la mayoría de los mortales.
Las voces y las risas fueron quedando atrás.
Abrí la puerta de mi habitación y sólo encontré oscuridad. Palpé el interruptor que la iluminaría, pero me detuve; la oscuridad era lo que necesitaba. Quería sumergirme en ella, cerrar los ojos e imaginarte a mi lado. Quería que en su inmensidad, llenara el vacío enorme de tu ausencia.
Me dejé caer sobre la cama, de lado; junto a mí sólo se encontraba el espacio exacto que ocuparía tu cuerpo si venías.
Si venías —se repitió en mi mente el pensamiento, mientras acariciaba el vacío.
La esperanza es como una luz que te mantiene atento en mitad de las tinieblas de la incertidumbre. Debe ser algo que te ayude, que te mantenga vivo cuando la muerte del alma está cerca, pero yo a veces la odio; la siento como mi peor enemigo. A través de la esperanza he dejado que mis días se consuman. Siempre esperando por tu figura que recorta la nada.
Mis pensamientos zigzaguean del mismo modo que comienza a hacerlo la poca luz que entra por la ventana al cerrar los ojos. Imagino el roce de tu mano sobre la mía y la giro con la palma hacia arriba para recrear tu tacto en la piel más fina. Noto como se me calma la respiración, hasta alcanzar una cadencia cercana a la del sueño. Alguien ha roto algo en la sala; el sonido del cristal y las risas me alteran y siento el corazón agitado por un momento. El letargo del sueño ha desaparecido de golpe, así que obro del modo convencional y decido quitarme la ropa para meterme a la cama. Me cubro con la sábana hasta el hombro; estos últimos días han sido muy fríos y cansados. Casi no he salido del lugar en el que ensayo.
Miro, otra vez, el espacio vacío de mi cama y comienzo a imaginar qué harías, y cómo lo harías,  si estuvieras aquí. Creo que acercarías tu mano a mi rostro y tocarías mi mejilla. También creo que te detendrías en los piercing de mi boca; siempre lo haces. Es probable que recorrieras mis labios con los dedos y luego con la lengua, porque sabes que me gusta. Entonces yo buscaría tu cuello y tu nuca y te afianzaría a mí para que no te marcharas.
Abro los ojos y me encuentro nuevamente con esta nada que me rompe el corazón. Me giro y quedo boca arriba, esperando a que se dibuje en el techo una respuesta. Pero la soledad es congoja y retuerce los músculos causando un dolor que sólo puede ser liberado con lágrimas. Y aún así, no acaba.
Decido dar guerra al dolor con placer. Deslizo mi mano, tocando el piercing que adorna mi pecho y lo retuerzo para que ese sufrimiento sea más fuerte que el de mi alma. No lo consigo, así que insisto hasta que me quejo. Mi mente se despega ligeramente de la realidad y mi otra mano busca bajo la ropa interior, encontrándose con mi sexo flácido. Me siento en medio de una agonía de amor, en medio de la soledad y el desamparo. Busco el placer como único compañero y la tristeza me niega la posibilidad. Se me escapa un sollozo provocado por el dolor de mi pezón y de mi propio orgullo. Aprieto mi pene, exigiéndole a ese pedazo de carne que reaccione y me dé una miserable liberación. Noto como las lágrimas me queman en los ojos, pero no les daré espacio para florecer. Mi puño se cierra y consigue que la sangre se arremoline en mi sexo que se endurece; en ese momento me permito suspirar e imaginar el roce de tu lengua y tus labios en él. De mi boca salen pequeños quejidos que me ayudan a recrear un escenario de placer. Quiero imaginarte desnuda sobre mí. Quiero imaginar tu boca lamiendo y tragándose mi pene. Quiero creer que puedes estar aquí, en medio de la oscuridad que me rodea, y oler el perfume de la pasión en tu cuerpo.
Mi excitación aumenta, obligada por mi mente. Tiro de la ropa interior y me desprendo de ella con los pies. Me escucho murmurar deseos ocultos que no confesaría a nadie, mientras con la mano moldeo la forma de mi sexo. Arriba, abajo; más fuerte, más rápido. Abro los ojos de golpe y veo tu cabello colgando suelto hacia mi rostro. Tus ojos velados por la oscuridad, sé que me miran fijamente. Tu mano ha reemplazado a la mía y sostiene mi sexo preparado para entrar en ti.
—Te he extrañado tanto —dices; y tu voz suena quebrantada. Quiero acariciarte el rostro, pero mi mano se queda suspendida en el aire cuando te llenas de mí.
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N/A
No creí que terminara hoy con este one shot, pero aquí está y me siento contenta por ello. Espero que les guste.
Siempre en amor.
Anyara


3 comentarios:

  1. Había escrito un comentario y se borró jajaja en fin gracias por regalar un capítulo tan lleno de sentimientos y es que siempre están allí a flor de piel Bill lo hace sentir y adoro la capacidad que tienes al decifrar cada una de ellas y ponerlas en palabras para el entendimiento de aquellos que muchas veces nos perdemos detalles de su ser... adoro leerte any querida muak espero otra entrega de mi serie favorita te quiero inmensamente. ..

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  2. Extrañaba mucho esta serie! Me encantó, perfecto lleno de intimidad y como siempre llena de sentimientos!!! Gracias por eso!

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  3. Mi querida hermanita asta ahora te leo y me he quedado con un muajaja en el rostro tan lleno de sentimiento el relato y la imaginación a flor de piel imaginando lo que viene después, pero ante todo ese sentimiento tan nostálgico pero tan pronto al amor, por cierto ya pronto estarán juntos frente a frente, me encanta la idea. Un abrazo con todo mi cariño

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