Pedazos
.
La piel, los
sentidos, el aire que nos rodea, todo parece un cúmulo de estímulos hechos para
concebir este único momento. Parece como si la vida en su totalidad estuviese
construida para que yo pudiese, hoy, tenerte. Suspiro hondamente, mantienes tu
cabeza sobre mi regazo, mientras intento unir los pedazos que han ido quedando
de ti, a través de ti.
Bill, mi
Bill, mi amado Ser de otro Sistema, creado para mostrarme la fragilidad de la
vida en todas sus dimensiones.
Te he visto
fuerte ante el mundo, como una roca arcturiana que nada podría derribar.
Parecías un niño esculpido en mármol, perfecto y reluciente, a quien el paso de
los años jamás tocaría. Cuántos sueños esgrimías por entonces, asido a tu
voluntad, sabiendo que el mundo era tuyo.
Luego te
convertiste en puro fuego pleyadiano, abierto a las emociones, sintiéndolas y
desplegándolas en cada nota de tu voz, en cada gesto de tus manos y en el
maravilloso brillo de tus ojos. Eras capaz de creer en el amor y en su poder unificador
por encima de todo. También te vi kryoniano, preparado para sostener una
realidad que creías posible, dando siempre el primer paso, para que te
reconocieran y guardaran en la memoria, extendiendo tu magia. Supe de ti,
incluso siriano, dividido en los claroscuros de tu propia divinidad, sonrisas
de ángel y miradas de demonio. Tantos intentos, tantos caminos quedaron
abiertos y jamás pensé verte draconiano, apenas sobreviviendo a la imagen que
has creado de ti mismo, perdido en el miedo a la soledad.
Amor, mi
amor de ojos cansados ya de la vida, comprende que eres todas esas partes y más,
que estás aquí para visionarlas todas. No
permitas que el pensamiento de otro, como notas mal afinadas de una melodía, interfiera
en ese camino que sólo tú construyes y sólo tú recorres. Yo, que te amo de un
modo infinito, sólo puedo mirarte y acompañarte en un paralelo de tu Universo que
de vez en cuando me permite ofrecerte mi mano, y alivio.
A veces creo
que sería capaz de leer cada momento en el que te dividiste, cada instante en
que algo en ti se fragmento y no te creíste capaz de recuperarlo.
¿Dónde está
mi niño arcturiano, invencible?
¿Dónde, mi
adolescente pleyadiano, lleno de sueños?
Ahora sólo consigo
ver el dragón en ti, el reptil que busca sobrevivir en un mundo al que no
pertenece, sangre fría, mirando en todas direcciones para encontrar a un igual.
Aún no comprendes que tu mundo lo creas tú, sólo por desearlo.
Te remueves,
sobre mi regazo, buscas asir mi cintura y hundir el rostro en mi vientre ¿Qué
buscas, amor? La soledad no se vence con miedo, sólo el amor, que es la energía
más perfecta, puede fortalecerte. Está
en ti, dentro de ti y para ti. Sin embargo, y hasta que lo adviertas, quiero
procurarte todo el amor que te haga falta. Quiero ser para ti lo que necesites
que sea. Azul, rojo, verde. Amor,
placer, lujuria. Femenino, masculino… Equilibrio. Susurro dócil o grito que
irrumpe. Quiero que veas la luz que conforma cada uno de tus pedazos y que te
guíes por esas líneas hasta volver a unirte. Deja que las luces brillen a
través de ti, que destaquen las grietas como cicatrices de lo que has
reconstruido.
No, no hay
una sola parte de ti que no ame. Te veo en todas ellas y todas ellas Eres.
No te dejes
vencer, mi amor. Hasta los mechones de este cabello que acaricio llevan un
rubio roto, uno que no te pertenece, que has puesto ahí para disfrazar lo que
no puedes expresar. Importa tan poco lo que vistas si no eres tú, a través de
cada cosa que tocas.
Ven, amor,
permite que te ame y te recuerde lo que has sido, envuelto en sedas y en simple
algodón. Todo lo que eres está en ti, más allá de cualquier reminiscencia
ajena. Sí, mi amor, besa mis labios, deja que ellos te ayuden a pasar por el
alma el amor por el que existes, la fuerza que corre por tus venas y que nadie
puede tocar cuando alzas la espada de la certeza. Soy tuya, como el aire que
entra en tus pulmones y te alimenta, como la luz que te revitaliza, como el
fuego que te recorre, así… tal como la pasión que ahora se arremolina en tu
vientre y desea crear.
Ven, transita
junto a mí los pasajes que has vivido, toma mi mano y confía.
Encuentra a
ese niño que fuiste, el que gritaba al mundo una verdad más clara que cualquier
mañana. Míralo a los ojos, recuerda la rebeldía en ellos y la pasión que le
indicaba el camino. Deja que mis caricias alivien el peso de no recordar cómo
vivir.
No sufras,
mi amor, el dolor sólo debe existir para que afines el camino.
Amado mío, recuerdo
la primera parte de ti que se dividió cuando diste ese último beso a la orilla
del río de un pequeño pueblo; lo diste, porque sabías que tu amor por la música
era mayor. En ese momento se desprendió el niño, dando paso al adolescente que
comenzó, con ojos brillantes, a iluminar todo lo que le rodeaba. Comprendí que
la segunda parte de ti se desprendió luego, cuando ella, la que amabas, no pudo
amarte. Lo intentaste de todas las formas posibles, transformándote y
floreciendo de mil formas para que te viese. Sólo conseguiste que en su vientre
se fundara la luz de tu semilla, que ahora crece lejos de ti.
La siguiente
parte cayó cuando la fe en aquellos que creías que te protegían se rompió. Tu
propia voz se fraccionó de la mano de la confianza. Los viste desfilar entre firmas,
halagos vacíos y luces frías. Te quedaste solo en medio de la incertidumbre y
el silencio, hasta que la música, y tu voz, volvieron a brotar.
No, mi Bill,
no contengas las lágrimas, deja que existan y me mojen la piel, yo las absorberé
y las transformaré para ti.
Fui testigo
de cómo se desmoronó el siguiente trozo, Billy. Y aún te duele como si fuese
ayer. Se derrumbó ante tus pies cuando comprendiste que por mucho que te
esforzaras no había amor para ti en aquella que intentaste amar. Cuántos experimentos
para demostrarle amor, cuántas falsas partes de ti quisiste encontrar hasta dar
con una que ella amara. Buscaste encajar en un mundo vacío de ojos azules. Sin
embargo, sólo encontraste arrogancia, desesperanza… y degradación.
Si de algo no te pueden acusar es de cobarde, porque eres
valiente hasta cuando las batallas están perdidas.
Sostengo tu
rostro entre las manos y miro a través de tus ojos, de ese hermoso castaño
claro que no tiene replica en todo la extensión de la creación. Por favor,
amor, visiónate como lo hago yo, utilízame como a un espejo y cree que eres el
único Dios de tu mundo. Sé un Dios, uno humilde, benévolo y dócil; fuerte,
cuando te hurgan las tormentas de aquellos que aún no saben quiénes son. Sé amor
infinito, cuando comprendas la belleza de vivir.
Por favor, permite
que te bese en el espacio que hay entre los custodios de tu boca, deja que
busque en la humedad de tus besos la vitalidad que esgrimías cuando el amor era
una puerta abierta en ti y todo te llevaba a él. Por favor, mi amor, permite la
reminiscencia de las palabras que por entonces alzaba tu pluma y encendían el
cielo.
Sí. Oh,
sí… Permite que aflore el hombre que
surgió de los sueños y danzó al ritmo de una realidad diferente, que comprendió
que su “no lugar” en este mundo era compartido por muchos otros que se
consideraban extranjeros en su tierra. Toma las partes de mí que puedan
ayudarte a reestructurar aquello, todas las que te resuenen, todos mis
recuerdos de ti, para que sientas que sólo tú eres parte de mi realidad, en éste
y en los demás Universos que hemos creado. Hunde en mí la forma de tu pasión, imagina,
como si yo fuese la Nada y tú el Todo. Sí, crea, dibujando en mi interior la
vida que quieres vivir.
Dame todas
las partes de ti que crees perdidas, consiente que las una con la fe de mi amor
por ti. Demora la liberación, besa mi piel, creando remolinos de emociones que
serán mi combustible y permite que bese la tuya, que despliegue mi ritual, rezagándome
en cada línea que has dibujado en ella. Quiero escuchar tu voz arrastrando
incoherencias, que broten de ti sin ataduras y que recorran el éter hasta
tocarte. No te ciñas a ninguna cosmología, no lo hagas. Tú abres puertas y
rehaces caminos.
Por favor,
déjame ser la presa que tu instinto más primordial pida, que sea yo quién te
alimente y le dé al dragón lo esencial, hasta que consigas integrar al
arcturiano, pleyadiano, siriano y a todos los demás. Deja que me beba tu
aliento entrecortado, mientras esgrimes entre mis piernas la fortaleza que te
compone. Renuncia a la semilla que traes para germinar campos completos de ti ¿Aún
no lo comprendes? Tú estás hecho para brillar y tu brillo debe erigir infinitos
nuevos espacios de luz. Sí, tómame así, bébete mi cuerpo a raudales, devóralo
como si fueras una bestia salvaje que sólo busca sobrevivir. Sí, amor, sobrevive.
Oh, Bill, mi
Bill… De labios ardientes y manos ajadas por las pieles en las que no te has
encontrado. Ven, despliega en mí tus sueños, estoy viva para que vivas a través
de mí y te descubras. El amor sólo puede existir en un camino que es todos los
caminos. Comprende, mi Ser de otro Sistema, el amor jamás te limitará, nunca.
Si te limita
no es amor.
Quiero que te
sobrecojas y dejes salir todas las lágrimas que se te han quedado dentro. Quiero
que conozcas el fuego, para que se arremoline con el aire, que lo sientas
quemarte con cada respiración. Sí, mi amado, quiero que te retuerzas y busques
entre las sábanas algo a lo que aferrarte, que se desdibujen tus pensamientos y
que explores ese momento en que te sumas al esplendor del Infinito. Quiero que visiones
todos los colores, expandidos en el orgasmo del cosmos y que tus ojos se abran
a la inmensidad infinita del amor que los ha creado.
Quiero que
te estremezcas al observar como el Universo entero cabe en el tamaño de tus
sentimientos. Y deseo que regreses y me reconozcas y que te refugies en mi
abrazo, sintiendo como voy recomponiendo en tu alma todos los pedazos.
¿Lo ves
ahora?
Estás hecho
del magma caliente que decora las laderas antes del renacer.
.
N/A
Erótica es una historia de amor, de la
forma en que el amor comprende y crea nuevas formas cuando parece que todo está
roto. Erótica es verdadera en uno de los infinitos universos que habitamos.
Espero que disfruten de este capítulo.
Anyara (debo decir que pleyadiana)
Insisto, que me gustaría que Bill leyera un día cada una de tus palabras, porque siento que anda buscando por el mundo una aceptación que solo encontrará en si mismo. Amo cada letra escrita aquí, porque es un suspiro de nostalgia. Ver a Bill en cada una de sus etapas vividas es leer un trozo de cada historia que creció en tu mente gracias a él. De verdad sigo esperando que abra sus ojos y se de cuenta de lo especial que es. Gracias por siempre tener palabras tan hermosas y sentimientos maravillosos con amor Lixi
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