miércoles, 8 de julio de 2020

Pedazos / Serie Erótica




Pedazos
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La piel, los sentidos, el aire que nos rodea, todo parece un cúmulo de estímulos hechos para concebir este único momento. Parece como si la vida en su totalidad estuviese construida para que yo pudiese, hoy, tenerte. Suspiro hondamente, mantienes tu cabeza sobre mi regazo, mientras intento unir los pedazos que han ido quedando de ti, a través de ti.

Bill, mi Bill, mi amado Ser de otro Sistema, creado para mostrarme la fragilidad de la vida en todas sus dimensiones.

Te he visto fuerte ante el mundo, como una roca arcturiana que nada podría derribar. Parecías un niño esculpido en mármol, perfecto y reluciente, a quien el paso de los años jamás tocaría. Cuántos sueños esgrimías por entonces, asido a tu voluntad, sabiendo que el mundo era tuyo.

Luego te convertiste en puro fuego pleyadiano, abierto a las emociones, sintiéndolas y desplegándolas en cada nota de tu voz, en cada gesto de tus manos y en el maravilloso brillo de tus ojos. Eras capaz de creer en el amor y en su poder unificador por encima de todo. También te vi kryoniano, preparado para sostener una realidad que creías posible, dando siempre el primer paso, para que te reconocieran y guardaran en la memoria, extendiendo tu magia. Supe de ti, incluso siriano, dividido en los claroscuros de tu propia divinidad, sonrisas de ángel y miradas de demonio. Tantos intentos, tantos caminos quedaron abiertos y jamás pensé verte draconiano, apenas sobreviviendo a la imagen que has creado de ti mismo, perdido en el miedo a la soledad.

Amor, mi amor de ojos cansados ya de la vida, comprende que eres todas esas partes y más,  que estás aquí para visionarlas todas. No permitas que el pensamiento de otro, como notas mal afinadas de una melodía, interfiera en ese camino que sólo tú construyes y sólo tú recorres. Yo, que te amo de un modo infinito, sólo puedo mirarte y acompañarte en un paralelo de tu Universo que de vez en cuando me permite ofrecerte mi mano, y alivio.

A veces creo que sería capaz de leer cada momento en el que te dividiste, cada instante en que algo en ti se fragmento y no te creíste capaz de recuperarlo.

¿Dónde está mi niño arcturiano, invencible?
¿Dónde, mi adolescente pleyadiano, lleno de sueños?

Ahora sólo consigo ver el dragón en ti, el reptil que busca sobrevivir en un mundo al que no pertenece, sangre fría, mirando en todas direcciones para encontrar a un igual. Aún no comprendes que tu mundo lo creas tú, sólo por desearlo.

Te remueves, sobre mi regazo, buscas asir mi cintura y hundir el rostro en mi vientre ¿Qué buscas, amor? La soledad no se vence con miedo, sólo el amor, que es la energía más perfecta,  puede fortalecerte. Está en ti, dentro de ti y para ti. Sin embargo, y hasta que lo adviertas, quiero procurarte todo el amor que te haga falta. Quiero ser para ti lo que necesites que sea. Azul, rojo, verde.  Amor, placer, lujuria. Femenino, masculino… Equilibrio. Susurro dócil o grito que irrumpe. Quiero que veas la luz que conforma cada uno de tus pedazos y que te guíes por esas líneas hasta volver a unirte. Deja que las luces brillen a través de ti, que destaquen las grietas como cicatrices de lo que has reconstruido.

No, no hay una sola parte de ti que no ame. Te veo en todas ellas y todas ellas Eres.

No te dejes vencer, mi amor. Hasta los mechones de este cabello que acaricio llevan un rubio roto, uno que no te pertenece, que has puesto ahí para disfrazar lo que no puedes expresar. Importa tan poco lo que vistas si no eres tú, a través de cada cosa que tocas.

Ven, amor, permite que te ame y te recuerde lo que has sido, envuelto en sedas y en simple algodón. Todo lo que eres está en ti, más allá de cualquier reminiscencia ajena. Sí, mi amor, besa mis labios, deja que ellos te ayuden a pasar por el alma el amor por el que existes, la fuerza que corre por tus venas y que nadie puede tocar cuando alzas la espada de la certeza. Soy tuya, como el aire que entra en tus pulmones y te alimenta, como la luz que te revitaliza, como el fuego que te recorre, así… tal como la pasión que ahora se arremolina en tu vientre y desea crear.

Ven, transita junto a mí los pasajes que has vivido, toma mi mano y confía.

Encuentra a ese niño que fuiste, el que gritaba al mundo una verdad más clara que cualquier mañana. Míralo a los ojos, recuerda la rebeldía en ellos y la pasión que le indicaba el camino. Deja que mis caricias alivien el peso de no recordar cómo vivir.

No sufras, mi amor, el dolor sólo debe existir para que afines el camino.

Amado mío, recuerdo la primera parte de ti que se dividió cuando diste ese último beso a la orilla del río de un pequeño pueblo; lo diste, porque sabías que tu amor por la música era mayor. En ese momento se desprendió el niño, dando paso al adolescente que comenzó, con ojos brillantes, a iluminar todo lo que le rodeaba. Comprendí que la segunda parte de ti se desprendió luego, cuando ella, la que amabas, no pudo amarte. Lo intentaste de todas las formas posibles, transformándote y floreciendo de mil formas para que te viese. Sólo conseguiste que en su vientre se fundara la luz de tu semilla, que ahora crece lejos de ti.

La siguiente parte cayó cuando la fe en aquellos que creías que te protegían se rompió. Tu propia voz se fraccionó de la mano de la confianza. Los viste desfilar entre firmas, halagos vacíos y luces frías. Te quedaste solo en medio de la incertidumbre y el silencio, hasta que la música, y tu voz, volvieron a brotar.

No, mi Bill, no contengas las lágrimas, deja que existan y me mojen la piel, yo las absorberé y las transformaré para ti.

Fui testigo de cómo se desmoronó el siguiente trozo, Billy. Y aún te duele como si fuese ayer. Se derrumbó ante tus pies cuando comprendiste que por mucho que te esforzaras no había amor para ti en aquella que intentaste amar. Cuántos experimentos para demostrarle amor, cuántas falsas partes de ti quisiste encontrar hasta dar con una que ella amara. Buscaste encajar en un mundo vacío de ojos azules. Sin embargo, sólo encontraste arrogancia, desesperanza… y degradación.

Si de algo no te pueden acusar es de cobarde, porque eres valiente hasta cuando las batallas están perdidas.

Sostengo tu rostro entre las manos y miro a través de tus ojos, de ese hermoso castaño claro que no tiene replica en todo la extensión de la creación. Por favor, amor, visiónate como lo hago yo, utilízame como a un espejo y cree que eres el único Dios de tu mundo. Sé un Dios, uno humilde, benévolo y dócil; fuerte, cuando te hurgan las tormentas de aquellos que aún no saben quiénes son. Sé amor infinito, cuando comprendas la belleza de vivir.

Por favor, permite que te bese en el espacio que hay entre los custodios de tu boca, deja que busque en la humedad de tus besos la vitalidad que esgrimías cuando el amor era una puerta abierta en ti y todo te llevaba a él. Por favor, mi amor, permite la reminiscencia de las palabras que por entonces alzaba tu pluma y encendían el cielo.

Sí. Oh, sí…  Permite que aflore el hombre que surgió de los sueños y danzó al ritmo de una realidad diferente, que comprendió que su “no lugar” en este mundo era compartido por muchos otros que se consideraban extranjeros en su tierra. Toma las partes de mí que puedan ayudarte a reestructurar aquello, todas las que te resuenen, todos mis recuerdos de ti, para que sientas que sólo tú eres parte de mi realidad, en éste y en los demás Universos que hemos creado. Hunde en mí la forma de tu pasión, imagina, como si yo fuese la Nada y tú el Todo. Sí, crea, dibujando en mi interior la vida que quieres vivir.

Dame todas las partes de ti que crees perdidas, consiente que las una con la fe de mi amor por ti. Demora la liberación, besa mi piel, creando remolinos de emociones que serán mi combustible y permite que bese la tuya, que despliegue mi ritual, rezagándome en cada línea que has dibujado en ella. Quiero escuchar tu voz arrastrando incoherencias, que broten de ti sin ataduras y que recorran el éter hasta tocarte. No te ciñas a ninguna cosmología, no lo hagas. Tú abres puertas y rehaces caminos.

Por favor, déjame ser la presa que tu instinto más primordial pida, que sea yo quién te alimente y le dé al dragón lo esencial, hasta que consigas integrar al arcturiano, pleyadiano, siriano y a todos los demás. Deja que me beba tu aliento entrecortado, mientras esgrimes entre mis piernas la fortaleza que te compone. Renuncia a la semilla que traes para germinar campos completos de ti ¿Aún no lo comprendes? Tú estás hecho para brillar y tu brillo debe erigir infinitos nuevos espacios de luz. Sí, tómame así, bébete mi cuerpo a raudales, devóralo como si fueras una bestia salvaje que sólo busca sobrevivir. Sí, amor, sobrevive.

Oh, Bill, mi Bill… De labios ardientes y manos ajadas por las pieles en las que no te has encontrado. Ven, despliega en mí tus sueños, estoy viva para que vivas a través de mí y te descubras. El amor sólo puede existir en un camino que es todos los caminos. Comprende, mi Ser de otro Sistema, el amor jamás te limitará, nunca.

Si te limita no es amor.

Quiero que te sobrecojas y dejes salir todas las lágrimas que se te han quedado dentro. Quiero que conozcas el fuego, para que se arremoline con el aire, que lo sientas quemarte con cada respiración. Sí, mi amado, quiero que te retuerzas y busques entre las sábanas algo a lo que aferrarte, que se desdibujen tus pensamientos y que explores ese momento en que te sumas al esplendor del Infinito. Quiero que visiones todos los colores, expandidos en el orgasmo del cosmos y que tus ojos se abran a la inmensidad infinita del amor que los ha creado.

Quiero que te estremezcas al observar como el Universo entero cabe en el tamaño de tus sentimientos. Y deseo que regreses y me reconozcas y que te refugies en mi abrazo, sintiendo como voy recomponiendo en tu alma todos los pedazos.

¿Lo ves ahora?
Estás hecho del magma caliente que decora las laderas antes del renacer.
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N/A
Erótica es una historia de amor, de la forma en que el amor comprende y crea nuevas formas cuando parece que todo está roto. Erótica es verdadera en uno de los infinitos universos que habitamos.

Espero que disfruten de este capítulo.

Anyara (debo decir que pleyadiana)








1 comentario:

  1. Insisto, que me gustaría que Bill leyera un día cada una de tus palabras, porque siento que anda buscando por el mundo una aceptación que solo encontrará en si mismo. Amo cada letra escrita aquí, porque es un suspiro de nostalgia. Ver a Bill en cada una de sus etapas vividas es leer un trozo de cada historia que creció en tu mente gracias a él. De verdad sigo esperando que abra sus ojos y se de cuenta de lo especial que es. Gracias por siempre tener palabras tan hermosas y sentimientos maravillosos con amor Lixi

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